Artículo publicado en TRF News
La industria del Factoring despegó en Perú, en términos prácticos, en el año 2016. Comenzó entonces a desarrollarse con fuerza en este país que sufre una permanente crisis política (ha tenido cinco presidentes en menos de cinco años), y a pesar de ello, constituye una de las economías más exitosas y estables de Latinoamérica.
Según el Banco Central de Reserva de Perú, en el primer y segundo trimestre de este 2022, la economía peruana creció un 3,8% y un 3,5% respectivamente, en comparación con los mismos periodos del año pasado.
En 2021, el PIB del país aumentó un 13,2%, (aunque debemos tener en cuenta que dicho crecimiento se debe en gran parte a la importante caída del 11% que experimentó el año anterior como consecuencia del impacto de la pandemia). Sin embargo, según la Asociación Peruana de Factoring (APEFAC), el Factoring representó poco más de un 2% de dicho PIB, una cifra bastante modesta si la comparamos con la de otros mercados bastante más maduros como Chile (10%) o España (17%). Y es que, para acercarse a estos porcentajes, la industria del Factoring en Perú aún debe enfrentarse a grandes retos.
Imagen: CAVALI
Principales debilidades: informalidad y acceso a la financiación
Según el Ministerio de Producción del Perú (PRODUCE) y el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), existen sólo 2,3 millones de MyPyMEs formales en el país, siendo el resto (nada menos que el 99,6%) empresas informales. Pero además, el acceso a la financiación es extremadamente limitado: se calcula que sólo el 6% de las MyPyMEs accede a una financiación formal.
Según Ricardo Gallo, CEO fundador de Inandes Factor Capital, la informalidad puede tener sus ventajas e inconvenientes para la industria del Factoring: “Lamentablemente, nuestro sector financiero tradicional (tanto desde el punto de vista de las entidades bancarias como del mercado de capitales) está tan concentrado que a las empresas les toma casi dos años para que el banco les ofrezca productos financieros necesarios para su crecimiento. Si a eso le agrega el tema de la informalidad, entenderá que las PyMes terminan tomando productos que no son los más adecuados para crecer, como los préstamos de tarjetas de crédito o acudir a prestamistas informales. En este panorama, nosotros como industria de Factoring nos estamos convirtiendo en una solución para ellos, ofreciéndoles una alternativa disponible y más barata en términos de costo financiero; pero sobre todo mucho más rápida que el sector tradicional.” Aunque reconoce que la informalidad también tiene sus inconvenientes: “a la hora de evaluar la capacidad de pago de la empresa no tenemos fuentes de información fidedignas que nos permitan tomar buenas decisiones y lamentablemente, nuestra organización legal, en términos de tiempos y sanciones, es muy lenta y muy laxa. La ley no favorece el cobro de las deudas, y cuando lo logras ha pasado tanto tiempo, que la empresa deudora ha desaparecido o se creó otra institución. Eso muchas veces hace que se haga un gran esfuerzo para poder conseguir información de otras fuentes y muchas veces rechazar operaciones que pueden ser muy rentables.”
Evolución del mercado
El mercado del Factoring se ha desarrollado de manera muy positiva en el país, llegando a su máximo volumen en 2021. A continuación, podemos ver el crecimiento de la industria en los últimos siete años:
Imagen: APEFAC
La Ley 30308 (Ley de Factoring o Facturas Negociables, aprobada en 2015) jugó un papel fundamental en el desarrollo de la industria, que creció de manera exponencial desde su creación, alcanzando en 2019 los 13.000 millones de soles (alrededor de 3.000 millones de dólares). Si bien es cierto que en 2020 la pandemia afectó al sector, éste se recuperó rápidamente gracias al fondo CRECER de COFIDE, que activó el gobierno desde junio de 2020 hasta junio de 2021. Este fondo garantizó los créditos Factoring de las empresas peruanas, lo que permitió atender a algunas empresas o sectores que por otros medios no hubiesen sido atendidos. Según Ricardo Gallo, cubrió a empresas financieras tradicionales y a 9 empresas de Factoring durante la etapa más dura de la pandemia. ”Las empresas de Factoring tuvieron menos incidentes de uso de las garantías que los bancos”, indica Gallo, que además mantiene que si este mecanismo se reactivara, “se convertiría en un excelente medio para promover el financiamiento de las operaciones de Factoring entre las PyMes, y por lo tanto sería un incentivo para que haya formalización.”
2021 se cerró con una cifra récord: casi 6.000 millones de dólares y un millón de facturas negociadas. Y sólo en el primer semestre de 2022 ya se han alcanzado los 3.000 millones de dólares, estimándose un crecimiento del 30% con respecto al año pasado para el final del ejercicio.
Imagen: CAVALI
Según datos de APEFAC, alrededor del 25% de las operaciones de Factoring se realizan a través de empresas especializadas y el 75% a través de la banca, donde se está posicionando poco a poco como un producto clave: “El Descuento por Facturas (Factoring), es considerado un producto prioritario para la División de Banca Empresa para este 2022 y 2023; la ventaja que ofrecemos es la rapidez en la evaluación y contar con tarifas competitivas dentro del mercado financiero, así como una personalización en la atención”, mantiene José Carlos García, Subgerente de Banca Empresa del Banco de Comercio. Indica además que “para 2023, tenemos planificado duplicar los saldos colocados (stock de colocaciones de este producto) y también duplicar el número de clientes con este producto.”
Digitalización
Es muy importante señalar que el Factoring en Perú está totalmente digitalizado. CAVALI, como Institución de Compensación y Liquidación de Valores (ICLV), juega un papel fundamental al ser el articulador del Factoring en el mercado peruano a través de Factrack, la Plataforma de Registro Centralizado de Facturas Negociables. Esta plataforma brinda muchas ventajas a los proveedores: la factura comercial se convierte en título valor, es decir, una factura negociable que le otorga a la operación comercial mayor seguridad ante un posible impago. Además, todas las facturas negociables registradas en CAVALI a través de Factrack poseen mérito ejecutivo al obtenerse la conformidad expresa o presunta. Esto significa que pueden ser cobradas de forma rápida y con mayor seguridad con la generación de la Constancia de Inscripción y Titularidad: este documento está autorizado por la Ley de Títulos Valores para ser utilizado como medio probatorio en procesos de cobranza legal.
Factrack trabaja de manera coordinada con la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) y permite realizar el seguimiento del estado de las facturas.
Johan Gayoso, Coordinador de Factoring de EFIDE, considera crucial el proceso de digitalización de las facturas, que ha permitido que las Mypes tengan más facilidades de acceso al Factoring: “Si bien es cierto que existen algunas excepciones, como casos aislados de conexión a internet o la emisión de comprobantes físicos que deben contar con los sustentos correspondientes, el escenario ideal es que todas las Mypes emitan comprobantes electrónicos para que puedan ser financiados de manera sencilla y más rápida en la empresa de Factoring de su preferencia”, indica Gayoso.
Normativa reguladora del Factoring
Perú cuenta con una base regulatoria muy favorable para otorgar apoyo financiero no bancario a las Pymes. Recientemente se modificó la Ley 29623 con el nuevo Decreto de Urgencia DU013-2021, que ha perfeccionado la Ley de Factoring y ofrece mejores condiciones de negociación de sus facturas a los proveedores. Según Ricardo Gallo, este DU “ha traído cambios interesantes y esperados a la industria, pero no se ha completado en su promesa y alcance.” Gallo explica que el decreto contemplaba también que las órdenes de compra del Estado se convertirían en título-valor y por lo tanto serían susceptibles de ser financiadas vía Factoring. “Si bien creo que es muy ambicioso llegar a las órdenes de compra, el Estado podría al menos establecer que las facturas en las que una entidad estatal sea la compradora, puedan ser aceptadas en la plataforma de CAVALI. Esto permitiría que aquellas empresas que trabajan (proveedores) con empresas u organismos de gobierno, puedan también acceder a financiamientos vía Factoring. Son muy pocas las empresas de Factoring que se arriesgan a negociar con facturas de empresas estatales, ministerios o municipalidades, porque no se cumple con la formalidad necesaria para exigir el pago. Las normas de pago en el Estado en la práctica no contemplan la transferencia de la factura y los burócratas (en el buen sentido) evitan hacerse de problemas a futuro (con la Contraloría) y pagar exactamente al proveedor”, indica Gallo.
Uno de los puntos clave de este Decreto de Urgencia es la reducción del plazo para confirmar una factura, que pasa de ser de 8 días hábiles desde su registro en la plataforma a 8 días calendario (naturales) desde su fecha de emisión.
Por otro lado, en este 2022 se ha comenzado a sancionar a deudores que obstruyen la libre negociación de facturas. Según la agencia peruana de noticias Andina, Engil Perú S.A, Estilos SRL y Vita Pharma SAC fueron las tres primeras empresas multadas “por obstruir e impugnar dolosamente el flujo de las facturas negociables a micro y pequeñas empresas (mype) que buscan liquidez”. Se trata de las primeras sanciones impuestas desde que se publicara en el 2017 el decreto que regulaba la facultad sancionadora al Ministerio de la Producción (PRODUCE) por restringir dichas operaciones. Además, a partir de abril, están siendo publicadas en la nueva plataforma del PRODUCE “Pago Oportuno”, donde también recientemente se hacen públicas las compañías que se atrasan en cancelar facturas a mypes que les proveen de bienes y servicios. Estas acciones de control sin duda aportarán mayor seguridad a los proveedores.
Prometedor futuro
Después de este breve análisis de la industria, podemos decir que Perú tiene un gran potencial para las operaciones de Factoring, aunque aún deben implementarse una serie de mejoras. En este sentido, Johan Gayoso considera que “los deudores y las empresas de Factoring deben contar con una comunicación más fluida, puesto que suele generarse entre las partes algunas trabas en el proceso de financiamiento debido a que presentan variaciones en los montos netos y/o fechas de pago cuando son emitidas las facturas por parte de las Mypes, lo que implica que las empresas de Factoring cuenten con un registro y los deudores con otro”, indica. Pero entiende que estos casos “dejarán de generarse en el transcurso del tiempo, debido a la reciente publicación del reglamento Ley Nº 3162, Ley de pago de facturas Mype a treinta días, que regula acciones previas a la emisión de cualquier comprobante electrónico al crédito.”
Por su parte, José Carlos García mantiene que uno de los principales retos de la industria “es la mayor difusión de los beneficios/ventajas del producto para las PyMes, así como la mayor participación de las grandes empresas en poder aceptar estas operaciones de financiamiento de sus proveedores.”
Además, Alejandro Niquen, presidente de la APEFAC, indica que “está en proceso la aprobación de un decreto supremo para coberturar operaciones de Factoring en el caso de impago” y que “existe una buena comunicación con el gobierno para perfeccionar las normas de la factura negociable”.