¿Qué son las Fintech y cómo afectan al consumidor de productos y servicios financieros? Aunque el término se popularizó en los últimos años, su origen se remonta a hace dos décadas, con la irrupción de nuevos sistemas de pago basados en Internet como Paypal, considerada como una de las primeras Fintech, fundada en 1998.
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¿Qué son las Fintech?
Fintech es un neologismo resultante de la contracción de las palabras inglesas ‘Finance’ y ‘Technology’. Generalmente se define como un dominio de actividad en el que las empresas (startups), empleando Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), ayudan, directa o indirectamente, a mejorar la eficiencia y/o coste de los servicios financieros. Por tanto, las Fintech, mayoritariamente startups, son los actores empresariales que unen en su actividad las TIC con las Finanzas.
Se calcula que este sector mueve actualmente unos 20 billones de dólares en el mundo. Según el informe Fintech, innovación al servicio del cliente, elaborado por el Observatorio de la Digitalización Financiera Funcas-KPMG, existen más de 15.000 empresas tecnológico-financieras en todo el mundo, con EE.UU. y Reino Unido a la cabeza. España se mantiene como 6º país del mundo con mayor número de Fintech, con 300 empresas, 3.500 trabajadores y una facturación de 100 millones de euros.
Éstas pueden dividirse en 6 grupos en función del tipo de actividad en la que, directa o indirectamente, disrumpen:
- Crowdfunding o financiamiento colectivo; a través de plataformas de Internet en las que confluyen demandantes de crédito, para financiar proyectos, e inversores, en busca de rendimientos derivados del éxito de los mismos. El mercado global del crowdfunding en el año 2015 ascendió a 145.000 millones de dólares, creciendo un 267% con respecto al año anterior, según el Banco de México (Banxico).
- Crowdlending o préstamos de dinero a proyectos o personas, a devolver, en tiempo y con tipo de interés pactado, independientemente del éxito del proyecto. Para esta vía, semejante a la banca tradicional, suele ser necesario contar con experiencia positiva acreditada o algún tipo de garantía. LoanBook, líder en el mercado español, nos facilita el retrato de su cliente tipo: empresa con más de 20 años de vida, facturación de 2 millones de euros, préstamo de unos 100.000 euros a devolver en 1 año, con financiación complementaria vigente a través de la banca tradicional.
- Cambio de divisas: Los “players” crean un marketplace en el que, prescindiendo de la intermediación financiera, se encuentran empresas de la economía real para intercambiar divisas, ganando así en transparencia y eficiencia en un mercado tradicionalmente opaco y oligopólico.
- Medios de pago: La tecnología puesta al servicio del medio ideal de pago (universal, seguro, sencillo, barato y con buena experiencia de usuario). El futuro de esta actividad se dirime en los “wallets” o monederos que permiten el pago virtual, originados en Internet y derivados hacia los smartphones. En este ámbito, los más aventajados son los “GAFA” (Google, Amazon, Facebook y Apple), que más que crear un nuevo sistema de pagos, se centran en mejorar la experiencia del usuario.
- Monedas virtuales: En marzo del año 2015, el Banco Central Europeo estimaba la existencia de unas 500 monedas virtuales. Aunque no pueden definirse propiamente como dinero, pues no son emitidas por una institución, algunos gobiernos ya están considerando su lanzamiento.Uno de los más pioneros ha sido Ecuador, que ya ha lanzado su propia moneda virtual, conocida como “SDE” (Sistema de Dinero Electrónico).Esta moneda facilita el pago electrónico a una sociedad escasamente bancarizada (40%) pero con fuerte penetración de la telefonía móvil (90%). También el gobierno sueco anunció la inminente creación de la “e-corona” como complemento de su divisa.La mayoría de las monedas virtuales son réplicas de bitcoin, que permite todo tipo de transacciones en cualquier parte del mundo vía P2P (peer-to-peer), sin necesidad de autoridad monetaria que regule la emisión. La contabilidad la realizan los “miners”, que prestan su poder de computación, registrando y verificando bloques (un conjunto de operaciones) para añadirlos a un software de código abierto conocido como Blockchain, que hace las veces de libro de contabilidad. En 2015 se realizaban ya 110.000 transacciones diarias a través de bitcoin, según un informe de PwC e IE Business School.
- Comparadores: Aportan herramientas Fintech al usuario para comparar diferentes productos financieros (cuentas corrientes, depósitos a plazo, préstamos, fondos de inversión o planes de pensiones). Algunos cuentan con un apartado de expertos, con abogados, profesionales de Seguros y economistas, para responder con mayor profundidad a las dudas de los usuarios.
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¿Cómo afectan las Fintech al consumidor de productos y servicios financieros?
En los años 80 se situaba al cliente o consumidor en la cúspide de la pirámide de productos y servicios financieros, y en el año 2000, en la base de la misma. Actualmente, el cliente ocupa una posición central, ya que las compañías financieras intentar hacer sus productos y servicios más simples, rápidos y baratos. En este sentido, la aportación de las Fintech es relevante, sobre todo en las organizaciones que han sido tradicionalmente más opacas e ineficientes, superando el problema de la información asimétrica que perjudicaba al consumidor (por ejemplo, en un mercado tan opaco como era el cambio de divisas).
En cualquier caso, se ha conseguido una mayor eficiencia y mejor experiencia de uso. Tampoco debemos olvidarnos del impulso que supone a la inclusión financiera en aquellas sociedades que más sufren su carencia, como el caso de Ecuador, mencionado anteriormente. De la enumeración de las organizaciones disruptivas, realizada en el primer punto del post, se deducen las múltiples ventajas obtenidas por el consumidor (algo similar a lo que está ocurriendo en el sector asegurador con el auge del Insurtech). Es en el ámbito regulatorio, supervisor, de Compliance y de seguridad donde más nubarrones se ciernen.
Si aún alguien se pregunta si las Fintech han venido para quedarse, solo tiene que remontarse a febrero de 2015, cuando Francisco González, presidente de BBVA, pronosticó con motivo del Mobile World Congress que “en el futuro, BBVA será una empresa de software”.