El pasado miércoles 22 de marzo, tuvimos oportunidad de asistir a un interesantísimo seminario online organizado por la Asociación Latinoamericana de Factoring (FELAFAC), en el que se realizó un profundo análisis de la situación actual del Factoring en la región y se expuso qué podemos esperar de la industria en 2023.
En el evento, que fue inaugurado por el secretario general de FELAFAC, Claudio Martínez, se hizo un recorrido por Perú, Chile, México y Colombia.
Guadalupe Meléndez, en representación del Banco de Crédito del Perú (BCP), analizó la complicada situación actual de su país, que se ha visto gravemente afectado tras el golpe de estado del presidente Castillo, que provocó un clima de inestabilidad y pérdidas económicas estimadas en 2.600 millones de soles. A esto hay que sumar el devastador efecto del ciclón Yaku, que ha dejado hasta el momento 61 muertos, más de 12.000 damnificados y unas pérdidas económicas que podrían alcanzar los 4.000 millones de soles. “Hemos empezado un 2023 lleno de retos en Perú, pero nuestra economía es muy resiliente”, comentó Meléndez. También aseguró que en este escenario marcado por la crisis política, el alza en los costes de financiación, la alta inflación y las grandes dificultades de acceso al crédito para las Pymes, el Factoring “continúa siendo una oportunidad de acceso a la financiación a tasas competitivas”.
Y es que, como podemos observar en el siguiente gráfico, el mercado del Factoring en Perú ha crecido un 28% en el último año, siendo una industria que mueve 2.700 millones de soles. No obstante, esta cifra aún es bastante baja, pues representa poco más del 2% del PIB del país.
Además, Meléndez recordó algunas de las principales debilidades de la economía peruana, como son la alta informalidad (actualmente un 70% de la economía es informal) y el hecho de que casi la mitad (48%) de la población no tiene cuenta bancaria. La experta señaló que hay que seguir intentando derribar las diversas barreras que dificultan el avance del sector (principalmente la desconfianza, la dificultad del acceso al crédito y los altos costes) a través de “mejores tasas, mejores condiciones, facilidad de acceso, digitalización y tratando de que el producto sea más conocido”.
Por su parte, Lucho Terrones, secretario general de la Asociación Peruana de Factoring (APEFAC), resaltó los positivos datos de sus asociados, que no están regulados, pero sí están inscritos en la Superintendencia como empresas especializadas en Factoring. En el último año han generado 4.500 millones de soles, lo que supone un 18% de crecimiento con respecto al anterior ejercicio. Según Terrones, en 2022, APEFAC representó el 13% del mercado de Factoring en Perú, siendo la gran mayoría de sus operaciones (86%) de Factoring con recurso.
Respecto a las perspectivas de futuro del mercado peruano, Terrones aclaró, que a pesar de la clara inestabilidad que comentaba Meléndez, “la necesidad de financiación sigue existiendo y por eso esperamos que, a nivel de operaciones de Factoring, los resultados al cierre de 2023 sean ligeramente superiores, fundamentalmente por esta alta demanda de financiación que aún no es atendida por el sistema financiero nacional.”
La siguiente intervención corrió a cargo de Rodrigo Carvallo, de la Asociación Chilena de Empresas de Factoring (ACHEF), que expuso las principales cifras de la industria en Chile. Este gráfico muestra los últimos 12 años de la evolución del sector en el país:
Como podemos observar, tras el fuerte impacto de la pandemia en 2020, los dos últimos años han sido muy positivos para el Factoring en Chile. Además, Carvallo indicó que, para este 2023, se espera un crecimiento del 4%, lo que significaría cerrar con un volumen de negocio de 31.800 millones de dólares, que representarían un 10,6% del PIB, “una estimación bastante baja en relación a lo que estamos acostumbrados”, comentó.
El experto señaló que el mayor desafío para este 2023 consiste en crear nuevos productos de Factoring Digital, pues permiten (a un bajo coste) generar mayor volumen de negocio y ampliar la cobertura geográfica.
Seguidamente, pudimos escuchar a Pilar Turanzas, en representación de la Asociación Mexicana de Factoraje Financiero (AMEFAC), que recordó que México es uno de los países de la región con mayor volumen de operaciones de Factoring y en los últimos años ha obtenido unos magníficos resultados, como podemos observar en esta imagen:
Respecto a las oportunidades dentro del sector, Turanzas destacó las ventajas del Nearshoring, estrategia que se utiliza para fabricar más cerca del mercado en el que se venden los productos y que supone una reducción de los costes logísticos. Según la experta, la pandemia reveló las vulnerabilidades en las cadenas de valor y el riesgo de la lejanía geográfica entre la producción y el consumo de los bienes. En este sentido, considera que para México, el Nearshoring es una gran oportunidad en el medio/largo plazo, no sólo porque es país vecino de Estados Unidos, sino también por la existencia del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que lo posiciona como un destino muy atractivo para la llegada de las empresas que deseen estar más cerca del mercado estadounidense. Además, apuntó que los costes laborales de México son inferiores a los de, por ejemplo, China.
La última exposición corrió a cargo de Juliana Trujillo, de Bancolombia, que compartió interesantes datos sobre la economía colombiana. Indicó que el 62% de las Pymes no tiene acceso a financiación y el 52% de ellas no cuenta con ningún tipo de ayuda financiera que le permita afrontar escenarios difíciles como el que vivimos actualmente. Sin embargo, las Pymes son el motor de la economía (suponen el 95% del tejido empresarial y participan con un 35% en el PIB) y el Factoring es una herramienta fundamental para impulsar esas empresas y ayudarles a obtener la liquidez que necesitan en su día a día.
También comentó los últimos cambios que se han producido en el país a nivel legal/regulatorio. En este sentido, destacó el proceso de estabilización de la RADIAN, plataforma a través de la que se han gestionado ya 20 millones de facturas con un valor de 168 billones de pesos y que cuenta con 20.000 usuarios habilitados. No obstante, aún están pendientes algunas mejoras y nuevas funcionalidades del sistema para que funcione con total eficiencia y facilite el proceso a los usuarios.
Trujillo destacó también la importancia de generar conexiones directas con los ecosistemas ERP de grandes pagadores, la importancia de que “el banco se conecte directamente con los ERP para facilitar a esos clientes sus contabilidades, estadísticas e informes, así como establecer procesos automáticos”.
Puedes acceder al contenido completo del seminario en este enlace.