El débil crecimiento económico se ha convertido en debate secular en la sociedad mexicana. Nuestra modesta aportación al mismo consistirá en intentar responder a 3 preguntas:
¿Cuál es el eje vertebrador de la economía mexicana? ¿Qué problema o problemas específicos sufre dicho eje vertebrador con respecto a economías con crecimientos más sólidos? ¿Cómo superarlos?
Como nos recordaba Alfred Marshall, el padre de los marginalistas ingleses, toda frase breve acerca de la economía es intrínsicamente falsa. Pese a nuestro limitado espacio y conocimiento, tendremos presente el riesgo e intentaremos sortearlo.
1. ¿Cuál es el eje vertebrador de la economía mexicana?. Las PyMES.
México cuenta con algo más de 5 millones de unidades empresariales.
El 99.8% de las mismas son PyMES, que generan el 52% del P.I.B. y el 78,5% del empleo en el país. (INEGI, Instituto Nacional de Estadística y Geografía). Estos 3 datos dejan en claro cuál es el eje sobre el que se articula la economía mexicana: las PyMES. Sus fortalezas y debilidades son, en buen grado, las que disfruta y padece el conjunto social.
2. ¿Qué problema o problemas específicos sufren las PyMES mexicanas con respecto a economías con crecimientos más sólidos?.Escasez e ineficiencia en su financiación.
Cuando analizamos las diferencias existentes entre las PyMES mexicanas y aquellas de países de su entorno con crecimientos más firmes, observamos una diferencia que por sí sola lastra las posibilidades de crecimiento con respecto a sus homólogas: la escasez e ineficiencia en su financiación.
¿Cómo se financian las PyMES mexicanas?. La principal fuente de financiación del 85% de las empresas de México son sus proveedores (Banxico). Sólo el 30% de las PyMES utilizan créditos bancarios. Sin embargo, sus homólogas de América Latina disfrutan de acceso al crédito bancario en más del 48% de los casos, de acuerdo a los datos facilitados por el Banco Mundial. Un importante número de pequeños empresarios se financian a través del uso de sus tarjetas de crédito personales, y otros se someten a las prácticas de la usura o agiotismo.
La Historia abunda en ejemplos que acreditan la dificultad de lograr un deseable y equilibrado desarrollo socio-económico de no mediar unas instituciones financieras vigorosas e innovadoras que nutran cuantitativa y cualitativamente de forma adecuada al tejido productivo. Sin ir más lejos, la Revolución Industrial fue el fruto germinado de la simiente de la expansión comercial del siglo XVIII, que no podría comprenderse sin el previo y enérgico desarrollo de unas instituciones financieras que aumentaron la velocidad de la circulación monetaria y el acceso al crédito.
En el caso de México existen razones históricas que explican la situación: la fuerte crisis financiera del año 1995 provocó una contracción del crédito de la banca privada aún no superada transcurridos ya más de 20 años. Superar dicha contracción del crédito y ofrecer productos innovadores y eficientes al ámbito empresarial, compuesto abrumadoramente por PyMES, es una urgente necesidad para consolidar el crecimiento socio-económico anhelado.
3. ¿Cómo superarlos? Iniciativas como Banca de desarrollo, Sofomes ENR, AMEFAC.
Conscientes del limitado acceso al crédito empresarial, y de su negativa incidencia sobre el crecimiento socio-económico, desde instituciones públicas y privadas del país se vienen adoptando medidas tendentes a corregir la situación.
Aquí, por razones de espacio, apenas haremos referencia a 3 de estas iniciativas que consideramos de especial interés:
Banca de Desarrollo: desde el ámbito de la Administración Pública, además de establecerse el marco regulatorio y crear instituciones que aportan la seguridad necesaria para un armónico crecimiento del Sistema Financiero Mexicano, se constituye la Banca de Desarrollo (BANOBRAS, NAFIN, BANCOMEXT, SHF, BANJERCITO, BANSEFI). La Banca de Desarrollo utiliza más de la mitad de sus recursos (52%) en la financiación directa al sector privado. El resto se reparte entre estados, municipios y otras dependencias del sector público federal. (E. Presburger).
Sofomes ENR (Entidad no Regulada): buscando la inclusión financiera frente a las prácticas de la usura o agiotismo, en julio de 2006, se procede a la reforma de varias leyes financieras y mercantiles facilitando la creación de un nuevo tipo de entidad financiera: la Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (Sofom). Estas pueden tener por objeto la realización de operaciones de arrendamiento financiero y/o factoraje financiero y/o crédito para cualquier fin, sin necesidad de autorización de la SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público). Las Sofomes ENR, más que una institución financiera, son una PyME de pocos socios o familias que con sus propios recursos (se les prohíbe la captación de pasivo) buscan implementar un modelo de negocio viable en un nicho específico. Ello a través de una intermediación financiera flexible, creando productos a la medida del cliente. Las más de 1.400 Sofomes ENR (de las que 100 cuentan con un capital social superior a 20 mmdp y concentran el 80% de la colocación de recursos) representan el 4,2% del financiamiento al sector privado en México y el 2% del PIB.
Para un conocimiento detallado de esta interesante figura, remitir al exhaustivo libro *Revolución Financiera en México (segunda edición Instituto Mexicano de Contadores Públicos, septiembre de 2015) de Enrique Presburger Cherem.
AMEFAC (Asociación Mexicana de Factoraje Financiero y Actividades Similares, A.C.): integrada por 18 asociados (14 Instituciones Financieras y 4 Sofomes) opera el 90% del factoring que se realiza en México (433,807 mmdp en el año 2015). La introducción en el Mercado Financiero Mexicano de estas soluciones de financiación comercial basada en activos (ABL en inglés por Asset Based Lending), conocidas en el ámbito hispanohablante como Factoring y Confirming* (o Reverse Factoring), ofrecen, especialmente a las PyMES, la posibilidad de optimizar su posición de capital circulante, mejorando su competitividad e impulsando sus beneficios.
Son este tipo de propuestas las que han de ofrecer a la sociedad mexicana las innovaciones financieras que la conduzcan por la senda de un crecimiento socio-económico equilibrado y mantenido, fortaleciendo la solidez del tejido productivo en su parte más endeble y cuantiosa: las PyMES. Única vía que habrá de conducir al cumplimiento de las previsiones de BBVA Research, que sitúa a México como la quinta economía mundial para el año 2050, dentro del selecto grupo de los EAGLES (Emerging and Growth-Leading Economies, término creado por BBVA Research para identificar a los principales mercados emergentes).