El pasado jueves 23 de marzo, tuvimos oportunidad de asistir a un interesantísimo webinar organizado por la Asociación Latinoamericana de Factoring (FELAFAC), en el que se realizó un profundo análisis de la situación actual del Factoring en la región y se expuso qué podemos esperar de la industria en 2022.
En el evento, que fue inaugurado por el presidente de FELAFAC, Ignacio Prado, se hizo un recorrido por México, Perú, Colombia y Chile, países que, como muchos otros, se han visto fuertemente perjudicados por las consecuencias de la pandemia. No obstante, como indicó Prado, se espera que “pronto se retomen los ritmos de crecimiento que presentaba nuestra región. Estamos convencidos de que nuestro producto es una tremenda herramienta para muchas empresas que aportan al desarrollo y capacidad de gestión en cualquier latitud.”
Víctor Portillo, en representación de la Asociación Mexicana de Factoraje Financiero (AMEFAC), analizó la situación actual de su país, indicando que, poco a poco, en México los volúmenes vuelven a recuperarse y el mercado retoma su dinamismo. “El Factoring es un producto que tiene mucha resiliencia, tiene un comportamiento muy parecido al ciclo económico de un país”, señaló Portillo.
No obstante, reconoció que el Covid19 ha generado un nuevo panorama y para adaptarse a él, el Factoring en México tiene que modernizarse y ser más creativo. En este sentido, destacó la importancia de la digitalización (muy avanzada en el país), la liquidez, la atracción y retención del talento dentro del sector y de regresar a lo básico: estar más cerca de los clientes.
El experto finalizó su exposición con un enfoque optimista sobre el futuro, indicando que, aunque las expectativas de crecimiento del PIB no son especialmente positivas, el sector exportador está creciendo de una manera muy importante y recordó que, en la crisis del tequila de los años 90, México salió adelante gracias a las exportaciones. “Tenemos que participar en el sector de la exportación como región. Tenemos que lograr una mayor integración regional entre todos los países de Latinoamérica”, apuntó Portillo.
También destacó la importancia de las Fintech en el mercado latinoamericano, indicando que deben ser vistas como aliadas en lugar de como competidoras. Respecto al producto de Factoring, indicó que en el futuro debía hacerse más accesible y llegar a más empresas del Middle Market.
Después pudimos escuchar a Lucho Terrones, secretario general de la Asociación Peruana de Factoring (APEFAC), en representación de la joven industria del Factoring en Perú, que a nivel práctico comenzó su actividad en el país en el año 2016.
Terrones indicó que el Factoring peruano está marcado por la informalidad (la actividad informal podría representar actualmente un tercio del mercado) y el escaso acceso a la financiación (se calcula que sólo el 6% de las empresas formalmente constituidas acceden a una financiación bancaria). Este panorama, que puede parecer negativo, presenta una oportunidad para el mercado del Factoring, que ha evolucionado de manera muy positiva en el país, llegando a su máximo volumen en 2021.
No obstante, al Factoring aún le queda un largo recorrido en el país, pues actualmente representa poco más de un 2% del PIB peruano (debemos tener en cuenta que en mercados en los que el producto es mucho más maduro, como el español, la industria representa un 17% del PIB).
Por último, Terrones destacó una serie de factores que considera que contribuirán en el futuro al desarrollo del sector en Perú, como son:
-El nuevo decreto de urgencia DU013 ha perfeccionado la Ley de Factoring y le da mejores condiciones de negociación de sus facturas a los proveedores.
-Se ha comenzado a sancionar a deudores que obstruyen la libre negociación de facturas (como compartimos recientemente aquí).
-Introducción de herramientas tecnológicas (plataformas de riesgo de mercado y de Marketplace).
-Nuevos mecanismos de fondeo, a través de emisión de instrumentos de deuda en el mercado de valores.
-APEFAC está negociando con el gobierno un nuevo instrumento de cobertura y crédito para empresas de Factoring.
Por su parte, Patrick Fry de Banco de Crédito del Perú (BCP), coincidió plenamente con Terrones respecto al alto nivel de informalidad en el país y destacó también que se trata de un mercado con muchísimo potencial. “El Factoring es un gran habilitador natural para la inclusión financiera (…) Ante la actual coyuntura incierta, se presenta como una oportunidad de acceso al financiamiento a tasas competitivas”, señaló Fry.
La siguiente exposición corrió a cargo de Juan Gonzalo Tobon de Bancolombia, que compartió datos muy interesantes respecto al significativo aumento de la actividad de Factoring en Colombia. En los últimos 5 años, el Factoring ha crecido de manera exponencial, ganándole cada vez más participación a la cartera comercial.
Tobon destacó la importancia de los últimos cambios regulatorios (que explicábamos recientemente en nuestro blog), que van a generar grandes oportunidades para la industria del Factoring, pues el producto ya puede democratizarse.
Respecto a los principales retos a los que se enfrentará el Factoring en Colombia, el experto destacó la gestión de riesgo de crédito, los incrementos acelerados en las tasas de mercado y los problemas logísticos en las cadenas de abastecimiento (que se incrementan aún más con el estallido de la guerra de Ucrania).
Por último, Tabon indicó que “la gran oportunidad para el Factoring se está dando en las Pymes”, que en Latinoamérica representan el 25% del PIB y el 52% de ellas no cuenta con apoyo a nivel de financiación (siendo estos números más elevados en Colombia, donde el 62% de las Pymes no tiene acceso a ningún tipo de financiación).
El webinar finalizó con la exposición de Rodrigo Carvallo de la Asociación Chilena de Empresas de Factoring (ACHEF), que expuso las principales cifras de la industria en Chile. Ésta cuenta con un volumen actual de 28.000 millones de dólares (lo que representa entre un 9 y un 10% del PIB chileno). En este sentido, Carvallo indicó que “los países europeos están con un grado de penetración del producto mucho más grande y ahí está el gran desafío de todos: continuar con la penetración del producto en el mercado.”
Respecto a las previsiones para el 2022, y tras el gran aumento de volumen en 2021 (+31%), ACHEF estima un crecimiento del 5,6% de la industria. Carvallo reconoció que debido a determinados factores como un mayor riesgo de crédito, el reciente cambio de gobierno o la guerra de Ucrania, 2022 será un año de incertidumbre y “para Chile será un año difícil.”